[icon color=»Accent-Color» size=»regular» image=»steadysets-icon-chat»] Contexto

Spot de la campaña del expresidentes Luis Alberto Lacalle durante la campaña del Partido Nacional de cara a las elecciones presidenciales de 2009. Su comunicación es clásica en su formato y la vocería la tiene, en muchos casos, el mismo candidato, quien se dirige a su militancia en forma desabrochada y directa. En otros spot aparecen algunos jóvenes hablando de sus inquietudes y expresando su intención de sumarse al proyecto Lacallista. De toda la comunicación de la primera vuelta sin lugar a dudas el mejor es el spot de seguridad en donde los ciudadanos aparecen tras las rejas. Un recurso cotidiano que posiciona una realidad sensible muy bien desarrollada y con una atractiva vocación de recordación. En este sentido también es importante resaltar la pieza en donde se usas imágenes de cámaras de supermercados asaltados por la delincuencia. El mensaje es claro y creíble. Es interesante resaltar el tono emocional de la campaña interna de Lacalle que se acentuaba con el cumbiero baile de Qki y la música del «Puma» Rodríguez con el que se sensibilizaban los actos de campaña, la suma era sencilla: banderas, música y jóvenes con caras pintadas. El desafío de las elecciones generales es la de minimizar la percepción de derechista y tratar de persuadir los sectores poblacionales del centro. Es interesante el recurso grafico que se utiliza para los pósters en los cuales se usa una estética muy moderna a través de trazos sin usar fotografías. Al final de la campaña se acentuó la angustia que las encuestas develaban a favor de Mujica y se trató de persuadir a la población con spot más emocionales, como aquel donde sale el nieto de Lacalle. El mensaje de la segunda vuelta ya no es la seguridad, aunque seguían con el slogan del “Camino Seguro”, sino la búsqueda del equilibrio, “El Equilibrio esta en tus Manos”, lo cual, a mi modo de ver, es demasiado elaborado y un camino muy largo para conectarlo con as necesidades concretas del ciudadano común y corriente. La mejor pieza de la segunda vuelta, sin lugar a dudas, es la pieza denominada “no lo votaré”, en la cual la campaña de Lacalle asume el mayoritario apoyo de Mujica y trata de contrarrestarlo evidenciando el profundo resquemor que los ciudadanos portan en torno al pasado y la forma de Mujica. Ese recurso de tratar de activar el miedo profundo es un recurso inteligente y desesperado de una campaña que es consiente de su inferioridad. Al final ganó Mujica , tal y como se esperaba. No sobra decir que quizás hubiera sido más efectivo haber elegido como formula vicepresidencial a un líder de arraigo popular que hubiera dividido el electorado de base de Mujica.