bronislaw

Poster de la campaña de Bronislaw Komorowski a la Presidencia de Polonia, durante la contienda electoral de 2010 a nombre del Partido Plataforma Cívica o Platforma Obywatelska. Komorowski es un liberal moderado sin mucho carisma, lo que se convirtió en el desafío de comunicación de la campaña. Nacido en el seno de una familia de aristócratas, el candidato presidencial de la Plataforma Cívica tiene un reconocido currículo en la lucha contra la dictadura comunista y, como su rival Jaroslaw Kaczynski, se forjó en el entorno de Solidaridad y obtuvo el apoyo de Lech Walesa en la parte final de la campaña. Aunque mucho más europeísta y liberal que su rival, Komorowski es, al fin y al cabo, un liberal moderado de fuertes raíces católicas lo que puede haberle restado apoyos entre los jóvenes. Desde que murió el Presidente Lech Kaczynski en un accidente de avión el 10 de abril pasado, Komorowski actúo como jefe del Estado en funciones. La elección presidencial, precipitada por el trágico accidente aéreo de abril en el que perdió la vida la plana mayor polaca, representa la pujanza de la Polonia más joven y urbana, que ve el futuro en términos de mayor implicación en la Unión Europea, creciente liberalización económica y mejores relaciones con vecinos tan decisivos como Rusia y Alemania. Ese es el programa de la derecha liberal aglutinada por la Plataforma Cívica gobernante de Donald Tusk. En el plano interno, la presidencia de Komorowski, aspirante sin carisma en una campaña plana, facilitará mucho las cosas al Gobierno, que ya no temerá el veto indiscriminado de los proyectos de ley de que hizo bandera el fallecido Lech Kaczynski. El Ejecutivo reformista polaco podrá ahora hacer aprobar sus anunciados planes de disciplina económica sin escudarse en obstrucciones de la jefatura del Estado. La gran sorpresa de esos comicios ha sido los excelentes resultados obtenidos por Jaroslaw Kaczynski, hermano del presidente prematuramente muerto. Nadie, incluyéndose él mismo, habría creído semanas atrás, y pese a la oleada de simpatía suscitada por la tragedia de Smolensk, en una derrota por solo seis puntos frente a su rival.