[icon color=»Accent-Color» size=»regular» image=»steadysets-icon-chat»] Contexto

En la campaña de 1992 se enfrentaron el Republicano George Bush, el demócrata Bill Clinton y el independiente Ross Perot. El Presidente en ejercicio, Bush, contaba con altos niveles de favorabilidad, fruto, entre otras cosas de la contundente victoria militar en la operación “Tormenta del Desierto” en 1991. No es extraño entonces que muchos demócratas de peso no quisieran medirse con el Presidente, evitando, así, lo sucedido a Water Mondale con Reagan, es decir, una paliza de votos. Los demócratas terminaron eligiendo como candidato a Bill Clinton, el desconocido gobernador de Arkansas. Clinton, con muy buen criterio, no se dejo meter en el tema de la guerra, los peligros para Norteamérica o el poderío militar reconquistado por Reagan y Bush y centró su mensaje en la economía. De ahí el famoso “Es la economía, entupido!”. Los republicanos trataron de evidenciar sus éxitos en política exterior que habían terminado con el escenario geopolítico que dio origen a la guerra fría. El énfasis económico se vio apuntalado por la presencia del candidato Ross Perot, un empresario multimillonario, que centró su discurso en la economía y el déficit fiscal. El independiente, quizás sin darse cuenta, ayudo a posicionar el tema que les daría el triunfo a los demócratas. El slogan de la campaña republicana era “Comandante en Jefe” tratando de capitalizar el liderazgo militar de la administración Bush. El tono de la campaña lo puso la estrategia demócrata y el Presidente Bush comenzó a emitir piezas de comunicación que lo hacían ver a la defensiva, algo usual, utilizando la jerga boxística, en un retador pero no en el que defendía el titulo desde la Casa Blanca. Los estrategas republicanos dirigieron su mensaje hacia el aspecto militar mientras los demócratas lo hicieron a la economía. Los spot de Bush hacían referencia a la Guerra del Golfo o a la caída del Muro de Berlín, para evidenciar el liderazgo del Comandante en Jefe. La publicidad negativa, de la cual hubo mucha, se refería a la gestión de Clinton como gobernador, a su falta de experiencia en temas internacionales y a los devaneos extramatrimoniales, haciéndolo ver como un personaje hipócrita y que generaba desconfianza. A diferencia de la campaña de Dukakis la campaña de Clinton tenía una gran capacidad de reacción y contestaba los ataques, muchas veces, el mismo día. La campaña de Bush no pudo encontrar un mensaje positivo y le dejo el espacio de las propuestas y la esperanza al desconocido candidato de Arkansas. Los republicanos se quedaron con la vocería de un difuso enemigo exterior mientras los demócratas se quedaron con la vocería de temas concretos: el salario, los impuestos, la salud y la educación. El spot que vemos tiene el siguiente guión en ingles: TEXTO EN PANTALLA: After the Final Debate. East Lansing, Michigan. MUJER 1: I think President Bush was very strong tonight. MUJER 2: George Bush made me feel confident. HOMBRE 1: Bush won this debate. HOMBRE 2: Slam dunk by the President. MUJER 3: Yeah, I don’t trust, uh, Clinton. I didn’t like the…I didn’t like his answers, I didn’t like what he said. MUJER 4: I don’t trust him. HOMBRE 3: Arkansas is at the bottom of the list. How can he keep bragging about Arkansas? MUJER 5: I thought Bush did a much better job this evening than he had done at any other time. HOMBRE 4: I think the president was very strong tonight, I’m really proud… MUJER 1: I think President Bush did wonderful. I think this is his best debate… TEXTO EN PANTALLA: To be continued… MUJER 1: I think he let the American people…