[icon color=»Accent-Color» size=»regular» image=»steadysets-icon-chat»] Contexto

Spot de la campaña de Ricardo Lagos en las elecciones del 2000. El símbolo de campaña es un corazón en donde se posa una mano abierta en clara alusión al cinco que era el número de Lagos en el tarjetón electoral. Los estrategas de campaña presentan a Lagos como un estadista con un largo recorrido por las dignidades del Estado. Un hombre con sensibilidad social. Un social-demócrata  con raíces socialistas que impulsó  su carrera política denunciando  y emplazando públicamente en televisión al  entonces dictador  Pinochet. Un candidato de una coalición liberal de centro izquierda que fue elegido a través de unas primarias abiertas.  La campaña de Lagos fue algo caótica y en momentos se perdía la disciplina de mensaje y la contundencia comunicativa. Sus discurso se concentró demasiado en las reformas constitucionales, en lo macro-económico y en la política exterior y descuidando los pequeños problemas de la gente, sobre todo en una coyuntura de recesión económica. Lavin, su adversario, supo leer esa carencia y concentró sus esfuerzos en soluciones focalizadas concretas.  Esa situación hizo que la campaña terminara con la percepción de que Lavin era más social que Lagos. Algo absurdo, pero sin embargo se dio. El triunfo de Lagos fue apretado y los hizo pasar un gran susto. Los errores fueron estratégicos. Chile tuvo por primera vez una segunda vuelta electoral.  Lavin con su campaña de respuestas y soluciones inmediatas a los problemas cotidianos logró atraer a un gran número de indecisos y hasta de abstencionistas. El cambio de dirección de campaña en la segunda vuelta, entró Soledad Alvear, le dio coherencia al mensaje y trató de redireccionar el discurso hacia el centro acercando la comunicación nuevamente a la gente.  Eso se nota en los spots finales de campaña en donde la gente pulula por todo lado y el discurso es cercano y dirigido a solucionar problemas reales y concretos.  El primer spot comienza con muchas manos llegando a un mismo corazón.  Luego viene la voz de Lagos con un discurso grandilocuente para finalizar con que ve “Un Chile mucho Mejor”. Es un spot distante que no genera ni emoción, ni recordación, ni nada. El segundo spot utiliza una entrada novedosa, un chat en donde se pregunta: ¿Y tu? Y le responden: “Lagos porque conformarse con menos”. Este es un recurso curioso que capta la atención del espectador y manda un mensaje de modernidad sobre el candidato.  A continuación viene un Lagos en camisa con las mangas remangadas hablando de reactivación económica y empleo, en un escenario de construcción. Bien escogido el escenario, el atuendo, la actitud y el discurso. Todo es coherente.  Un spot decoroso pero no genera emoción ni ímpetu, y en política eso es todo. El tercer spot es el mejor de todos. Emoción y mensajes claros y contundente con clara vocación de recordación. El Chile Mucho Mejor se vuelve jingle y potencializa así su impacto.  Lagos deja de ser el protagonista y aparece la gente común y corriente.  La forma como posicionan el cinco, la alegría, la madre amamantando, los niños, los minusválidos, el ritmo y los corazones con la mano son perfectos, la aparición final de candidato seguido de un deportista que triunfa es un mensaje subliminal claro y preciso. Lagos aparece con una expresión risueña que ablando las poses de gran constitucionalista y macroeconómico que tuvo en la primera vuelta. Es probable que si este hubiera sido el tono de toda la campaña el triunfo hubiera sido mayor..