[icon color=»Accent-Color» size=»regular» image=»steadysets-icon-chat»] Contexto
Spot de la Campaña de Antanas Mockus a la Presidencia de Colombia a nombre del Partido Verde, durante la contienda electoral de 2010. A la campaña de Mockus le sobro pasión y le falto rumbo. Se notaba que iban al vaivén de los acontecimientos lo cual generó caos comunicativo. Una campaña es un periodo limitado de tiempo con alta concentración de mensajes políticos. Eso hace que haya que ser sumamente disciplinado en el mensaje que se difunda con los diferentes instrumentos de persuasión. Hay que diseñar un mensaje corto, contundente y persuasivo y difundirlo por donde se pueda. La campaña de Mockus no tuvo esa capacidad. Como abrieron la campaña para que cualquiera aportara Jingles, Afiches o Videos, quedaron expuestos al ruido comunicacional y perdieron la oportunidad de concentrar sus esfuerzos ordenadamente hacia un propósito claro, estratégicamente definido. La improvisación en campaña se paga muy caro. La campaña de Mockus encarnaba el cambio, en un país que mayoritariamente apoyaba el rumbo del país, encarnaba la legalidad que era un mensaje que había que explicar y en campaña no hay tiempo de explicar sino de posicionar un mensaje persuasivo, y para saber si un mensaje es persuasivo hay que tener estudios de campo que nos diluciden lo que a la gente le preocupa y le gusta. Sin eso no hay nada. La campaña de Mockus nunca tuvo iniciativa en la agenda, se dedico a responder los ataques de su adversario, y cuando uno es reactivo y no proactivo, pierde la oportunidad de hablar de lo que uno quiere y termina hablando de lo que el adversario desea. La campaña no parecía ser consciente de las fortalezas y las vulnerabilidades del candidato para así potencializar las unas y contrarrestar inteligentemente las otras. Juan Manuel Santos, el adversario, representaba el continuismo del uribismo, eso y nada más que eso. En cuanto a Mockus, en cambio, no se sabia si era uribista, o antiuribista, continuista o no continuista, de izquierda o derecha, preparado o confuso. Los spot de Santos no tenían mucha producción pero portaban un mensaje claro y reiterado, los de Mockus, por el contrario, eran piezas atractivas pero dispersas. Al final Mockus fue casi triplicado por su oponente. Este es un ejemplo más de la necesidad de lineamientos estratégicos en una campaña electoral.