[icon color=»Accent-Color» size=»regular» image=»steadysets-icon-chat»] Contexto

Spot de la campaña de Néstor Kirchner y Daniel Scioli para posicionar su aspiración a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. La campaña se circunscribió a desarrollar los logros nacionales de los 6 años de mandato de los Kirchner. La musicalización de las piezas generaba un hilo conductor entre la campaña de Cristina y la que desarrollaba Néstor. La estrategia es la de posicionar, a través de voceros ciudadanos, lo logros de la administración en empleo, educación, salud, infraestructura, reservas internacionales y hasta el rumbo marcado desde la casa de gobierno. En esta pieza se utilizan distintos ciudadanos en el acto de sufragar, y cuando están depositando el voto posicionan alguno de los logros de la administración Kirchner. Un recurso bueno por lo sencillo y lo contundente en materia de mensaje. Las piezas están bien diseñadas y desarrollas pero quizás, estratégicamente, tienen carencias pues la elección en Buenos Aires no era en torno a cómo era el país 6 años antes sino cómo es la provincia en las circunstancias de ahora, y ahí entraban temas como la seguridad ciudadana, el sentido de invulnerabilidad y aplanadora que se comunicó desde el gobierno, la confrontación con los productores del campo, la sensación de confrontación atizada desde el gobierno, la confiscación de los fondos de pensiones, los aumentos de tarifas de muchos servicios públicos y la intolerancia con la oposición. Estos aspectos debieron haber sido contrarrestados estratégicamente a través de la comunicación y no se hizo. Adicionalmente sus opositores los hicieron ver como un grupo corrupto que estaba pensando en robarse las elecciones. Tampoco tuvieron la capacidad de reaccionar a esa acusación constante y el silencio se pudo interpretar por el ciudadano como anuencia. Al final la población quería el cambio y la opción de Kirchner y Scioli no lo encarnaba. La campaña no supo trasmitir tranquilidad ni mesura ni liderazgo. La agenda la marcaba el adversario lo cual es grave sobre todo cuando Kirchner, en teoría, era el político curtido y sereno que se enfrentaba al novato, en este caso, de Narváez. La propuesta de Kirchner y Scioli se redujo a defender el continuismo de un modelo sin tener la creatividad de haber liderado un mensaje en donde el cambio jugara con el continuismo, y así haberle dado argumentos un grupo grande de electores que pensaban que había cosas buenas en los últimos años pero había otras en las que había que cambiar el rumbo.