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Campaña del APRA para las elecciones de 2006. Esta contienda electoral estuvo marcada por una serie de hechos originales e impredecibles. Un líder nacionalista, una mujer de derecha y un exmandatario que salió en su momento con unos niveles de rechazo sin antecedentes. Durante el primer mandato de Alan García el Perú se vio sumido en una severa crisis económica, en la corrupción y en la politización de todas y cada una de las ramas del poder público. El desprestigio había acompañado al expresidente luego de su salida el poder y había terminado por exiliarse en Colombia y en Francia. Luego de la salida de Fujimori del poder y la elección de Alejandro Toledo, García vio la oportunidad de un resarcimiento político y decidió comenzar el camino hacia un nuevo mandato presidencial. La estrategia de García fue la de posicionarse en el centro y dejarle la derecha a Lourdes Flores y la izquierda radical a Ollanta Humala. El juego era claro, con la disciplinada maquinaria del APRA él aspiraba a pasar a la segunda vuelta electoral y estaba seguro que los seguidores del adversario derrotado preferirían votar por su campaña y no por quien representaba el otro extremo del espectro político que apoyaban. Al final tuvo que enfrentar a Ollanta Humala en la segunda vuelta y su calculo se cumplió: los votos de Lourdes Flores fueron a parar a su urna, y el miedo a Ollanta decidió a muchos indecisos o abstencionistas blandos a votar por su candidatura. Una campaña bien estructurada estratégicamente. El afiche muestra a García enmarcado en un paisaje andino con la estrella del APRA en un extremo y el texto: “Cambio Responsable”, una apuesta arriesgada, pues alguien hubiera podido recordar lo irresponsable que había sido el cambio cuando detentó el poder.