Afiche del Frente Nacional para la campaña presidencial de 2002. El certamen estuvo marcado por la apatía y el desinterés. Ninguna de las campañas supo persuadir emocionalmente a los electores. Esa situación se tradujo en abstención (casi el 28%) y en el hecho de que Por primera vez en la historia de la V República, un candidato ultraderechista aspiraba a la presidencia de Francia, ante la mirada de una Europa atónita y asustada ante la resurrección de los viejos fantasmas del fascismo. Le Pen, entretanto, se dedico a repetir los tres fundamentos de su pensamiento: «socialmente de izquierda, políticamente a la derecha y nacionalmente de Francia». El discurso de Le Pen estuvo marcado por sus críticas al tratado de Maastricht y la protección de los productores y trabajadores franceses. El afiche muestra a un Le Pen risueño en una actitud que pretende ablandar, seguramente, la dureza del discurso. Las tonalidades están bien tratadas y el mensaje es el mismo candidato.
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