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La campaña de 1956 estuvo marcada por el favoritismo del Presidente Eisenhower desde un comienzo. El primer mandato había sido tranquilo y sin sobresaltos. El único elemento perturbador fue el ataque al corazón sufrido por el mandatario y del cual, según sus médicos, se encontraba totalmente recuperado. Dentro de los logros de la administración estaba la de haber terminado el conflicto de Korea sin mayor traumatismo para el honor de las trapas norteamericanas. En los días finales de la campaña presidencial manejó dos hechos con tranquilidad: la invasión de Hungría por parte de la Unión Soviética y el ataque a Egipto por parte de fuerzas británicas, Francesas e Israelíes. Eisenhower mantuvo a Norte América por fuera de ambas contiendas lo que se tradujo en apoyo ciudadano. El Presidente no tenia porque mostrar su mano dura pues tenia la percepción de ser el general de la segunda guerra mundial, quizás si hubiera sido un civil habría que mostrar su decisión militar efectiva. Stevenson, por su parte, preconizaba la suspensión de las pruebas atómicas y la terminación del servicio militar obligatorio. El slogan de campaña era: “Paz, Prosperidad y Progreso”. Es curioso que Eisenhower siguiera mostrándose en sus spot como un ciudadano común y corriente, aun cando era el Presidente de los Estados Unidos en ejercicio. Los estrategas decidieron mostrar su personalidad cercana y campechana y no sus realizaciones desde el gobierno. Con el fin de desactivar la acusaciones de que el Partido Republicano era un partido de elites, mientras el demócrata era un partido popular, los spot mostraron, nuevamente, gente común y corriente, como conductores de taxi, trabajadores o amas de casa, estas últimas fueron las que le dieron el triunfo en las elecciones de 1952. La campaña republicana hizo un llamado a los “Votos de opinión” de cualquier coalición política. La idea era persuadir a los demócratas e independientes de votar por los republicanos en forma libre y consciente. Y hay que decirlo que lo lograron, Eisenhower obtuvo el 57.6% de los votos contra el 42.1% de los demócratas.